¿Culpa suya o de su equipo? No. A Jon le ha tocado vivir la peor parte de este negocio y sí, tanto él como su equipo ya han visto que los británicos pueden hacer lo que quieran.
Primero, iba a ir contra Dalton Smith. Una pelea con sabor a luchar por anclarse en la parte alta de las clasificaciones del WBC. ¿Qué pasó? Smith alegó lesiones, nada estaba claro, transmitían a España fechas que luego no se cumplían… hasta que se le pidió seriedad a la EBU. ¿Conclusión! Quitan a Dalton Smith, ponen a Pierce O’Leary, aparece el equipo de Smith pidiendo a español e irlandés que le dejen pasar primero, que gana el título y lo deja vacante… y así pasó.
¿Y entonces? Pues con el título vacante los derechos de la pelea se los quedó Frank Warren y, en vez de poner fecha, informan que tienen problemas contractuales con O’Leary, que lo mismo deja la promotora… y a esperar. ¿Más todavía? Aquí, por desgracia, no se puede jugar contra los británicos a la hora de que no se agarren al reglamento y a los tiempos.
Jon lleva un año sin subirse a un cuadrilátero y, visto lo visto, me parece un acierto buscar actividad mientras se espera algo parecido a la seriedad en el título europeo. Cuando llegue el momento, lo aprovechará. Seguro.
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