Leo, con interés, que Canelo estuvo presente en la inauguración de un restaurante mexicano en Chula Vista, California. Allí, como es lógico, le empezaron a preguntar por comida y nos llevamos la gran noticia de conocer la devoción del púgil por los tacos al pastor.
Luego, claro, le preguntaron por su próximo movimiento sobre el ring. “No estoy pensando en eso ahora mismo. Estoy con la familia, ya habrá tiempo de analizar qué vamos a hacer en enero”.
Le insistieron. De un lado, salió el ‘déjame hablar contigo’ que hace unos días soltó Turki Alalshikh en el programa de Ariel Helwani. La idea del árabe, regar de dinero al mexicano para que acepte una pelea contra Terence Crawford.
“Nunca digo que no a los negocios”, respondió Álvarez. Al parecer dice que sí, que hablará con quien haga falta y que si los números son buenos no tendría problema alguno. A estas horas ya le habrá llegado el mensaje a Turki, que podría estar un poquito más cerca de conseguir una de sus peleas soñadas para la Riyadh Season.
Pero, ojo, tampoco le hace ascos a una posible pelea contra Jake Paul. “Me sentí triste al ver así a Mike Tyson. Pensé en vengarme. Bueno, ya veremos. Ahora mismo estoy en otras cosas”.
Canelo analizará en enero qué va a hacer. Él, al igual que Mayweather, se define como hombre de negocios y hará aquello que le resulte más interesante. ¿Es culpable por ello? No. Algunos pensarán que el mexicano debería ser ejemplo, pero al final del día él es el primero en ver qué aquí todo el mundo hace de todo para llenarse los bolsillos en cuanto pueden. No le deis más vueltas, es el ‘negocio’ del boxeo desde hace tiempo.
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