Por lo que se puede leer el 21 de diciembre, fecha de la revancha, Fury pretende subir al cuadrilátero más pesado de lo que subió el pasado 18 de mayo, fecha en la que se enfrentó por primera vez a Usyk. En ese entonces el británico marcó en la báscula 118 kg, el día de la revancha quiere llegar en casi 124 kg.
¿Por qué? Bueno, dan a entender que el enfoque de la pelea va a ser más agresivo. No tiene sentido sentirse ligero por el cuadrilátero cuando tienes enfrente a un virtuoso como el ucraniano. Presión y paso adelante, especulan.
Por el peso que presenta Fury se suele saber que ronda por su cabeza. Contra grandes mastodontes, como en su momento Wladimir Klitschko, el Gypsy King quería mantener su velocidad de pies pero, en este escenario, todo cambia. Va a por la potencia.
Su trilogía contra Wilder, por ejemplo, dejó de forma clara sus intenciones en la báscula. En la primera pelea, que terminó empate, el inglés subió en 116 kg. Para la revancha Fury entendió que necesitaba ser él quien diese el paso al frente y pesó 124 kg. El resultado fue tan bueno que en la tercera pelea subió hasta los 126.
¿Y ahora? Pues toca esperar, lo que se suele filtrar de los campos de entrenamiento suele ser falso. ¿Irá más pesado? ¿Tratará de ir a por Usyk y hacerle retroceder? ¿Intentará imponer más potencia y presión? ¿Saldrá bien? El problema es que Usyk boxea bien para adelante y para atrás, pero de alguna manera se le podrá vencer. Eso sí, si eres más lento y evidente… lo puedes acabar pagando.
Zampar bollos, su solución para todo despues de las drogas y la boca de chancla.
ResponderEliminar¿Qué pese más no llevaría a menos ligereza? Usyk se mueve a gusto y creo que centrarse en la potencialidad de la pegada, más que en el peso de la pegada es lo que puede ayudar al (en mi opinión) polémico Fury. Saludos
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