BKFC aterrizó en Marbella el pasado sábado y, viendo las gradas, podemos decir que fue un éxito para la compañía comandada por David Feldman y Conor McGregor. El Marbella Arena estaba casi lleno y la gente vibró. Bueno, unos más que otros. Las entradas no eran nada baratas y superaron sus expectativas (dicen que se regalaron algunas el día del evento). Peleadores de UFC, boxeadores, influencers y curiosos de varias nacionalidades asistieron al evento.
En lo deportivo, sobre el ring circular, hubo de todo. KOs, cortes, batallas, remontadas... . Más o menos lo esperado para los que alguna vez hemos podido ver Bare Knuckle. Este deporte no está hecho para todos, es café para los muy cafeteros. Duro.
Lo que fue tremendo fue el combate de fondo, la disputa del título Ligero BKFC entre Franco Tenaglia y Tony Soto. ¡Vaya guerra! ¡Qué barbaridad! Durante los 5 asaltos que duró la pelea vimos caer a uno, luego al otro, darlo todo y terminar la pelea extenuados, sin aire, sin fuerza pero ambos con la determinación de querer llevarse la victoria a casa. Ni el uno ni el otro se dejaron nada en el bolsillo, fue un drama tan duro como bonito.
Al final los jueces vieron mejor a Franco Tenaglia y Conor McGregor, para rematar, anunció que les pagarían a ambos luchadores el doble del dinero que habían acordado.
Pero Tenaglia es tremendo. Un peleador de 28 años, de Buenos Aires, que reside en Alicante y que en cada pelea parece jugarse la vida dando a entender que el orgullo es más valioso que cualquier otra cosa. Todo o nada. Si el Bare Knuckle se asienta en España será por él. Tiene carisma, conecta con el aficionado y transmite una extraña sensación de que su vida está en juego detrás de cada golpe que lanza.
A unos el Bare Knuckle les gustará, otros lo odiarán, pero no dejará indiferente a nadie. Lo que está claro es que el carisma de Tenaglia puede conseguir que BKFC, como pretende, aterrice en el Bernabéu.
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